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Todos conocemos o hemos oído hablar de la saga Crepúsculo. Tanto los libros como las películas son conocidas y, como sucede con la mayoría de sagas exitosas, su merchandising es inagotable.
Nos podemos encontrar cientos de tazas, pósteres, camisetas, álbumes y hasta bisutería basada en la historia creada por Stephenie Meyer.

Que haya una gran cantidad de público adolescente detrás de un proyecto significa sustanciosos beneficios para todo aquello que se venda con su nombre.

A mí no me gusta Crepúsculo pero puedo entender que a alguna gente le fascine y se denomine "fan". El problema se encuentra en que una fina línea separa el fanatismo de lo absurdo.
Todos podemos enumerar numerosos ejemplos. Ahora se me viene a la cabeza las miles de personas que hacen cola durante varias horas para poder "ver" a uno de sus actores favoritos. Esto estaría dentro del fanatismo, pero gritar desesperadamente y llorar como si no hubiera mañana cuando te choca la mano; es patético.

Esta especie de introducción la hago porque he visto un libro relacionado con Crepúsculo que lleva por título: "I (L) Edward" (con (L) me refiero a que tiene el dibujo de un corazón).
Para ver a lo que se refería leí la frase que aparece en la portada: "La guía definitiva para cazar a tu vampiro favorito". Por si esto fuera poco, os muestro el resumen que podéis encontrar en esta página (creo que es el mismo que se puede leer en la parte trasera del libro):


"Sé que desde que viste por primera vez a Edward no dejaste de pensar en él. Tú, como yo, como millones de fans en todo el mundo, hemos caído en el hechizo de este vampiro encantador. Tenemos que 


reconocer que estamos obsesionadas con él, que la edwardmanía es un hecho. Te gusta Edward, ¿y a quién no? Pero Edward es también el arquetipo de tantos vampiros que te quitan el sueño. Ahora


hechizarlos está al alcance de tu mano. Sólo tienes que seguir la estrategia de Bella en Crepúsculo para que tu Edward particular caiga rendido a tus pies. Y así, paso a paso, mordisco a mordisco, conseguirás hacerte con las riendas del juego, igual que la protagonista de las novelas de Stephenie Meyer."

Sí, estoy casi seguro de que venderá montones de ejemplares pero... ¿esto no sobrepasa unos límites? Saber que las editoriales publican este tipo de obras mientras que decenas de escritores noveles no consiguen que se fijen en sus libros es deprimente. También me


 entristece ver que estos fenómenos no tienen frenos y que todos sus seguidores se asemejan a una avalancha que consume todo aquello que tenga una mínima relación con el producto.



De vez en cuando un poco de cordura y sentido común no viene mal.

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