Según un estudio publicado por la Universidad de Stanford, las personas que utilizan frecuentemente alguna red social tiende a ser menos feliz que los que no lo hacen. El psicólogo Alex Jordan asegura que: "si solo quisiéramos ser felices sería fácil, pero queremos ser más felices que el resto, y esto resulta complicado porque nos los imaginamos más contentos de lo que están". Es decir, que los mensajes positivos de nuestros amigos en la red los tendemos a enfatizar sintiéndonos mal con nosotros mismos por no poder alcanzar su mismo estado de alegría y felicidad.

En mi humilde opinión creo que la mayoría de los usuarios de las redes sociales (sobre todo en Facebook o Tuenti), suelen remarcar dos aspectos: la tristeza, intentando llamar la atención de sus amigos para sentirse más arropados dentro de la sociedad, y la felicidad, mostrando la cara buena de sus vidas y así lograr que la gente con la que no habla durante un tiempo vean lo satisfactoria que es su vida.

Este invento es una mina de oro para los psicólogos y sociólogos ya que en ella se refleja la forma de actuar de millones de personas que están todos los días conectadas a este tipo de plataformas.

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